Se trata de un dispositivo de psicoanálisis aplicado a la terapéutica, creado por Gennie y Paul Lemoine, miembros de la Asociación Mundial de Psicoanálisis.
Es un espacio para quien no puede sostener la sesión individual y prefiere una dimensión de plática de grupo.
Respecto a la “práctica entre varios”, que es también un dispositivo en grupo, la diferencia es que en el psicodrama analítico no hay talleres de por medio, es una situación de discurso y de dramatización de los sucesos que se han contado como aquellos donde se ha manifestado el síntoma.
En el psicodrama analítico, el efecto de toma de conciencia de la implicación subjetiva en el síntoma se realiza a través de la escansión, el corte en dos momentos diferentes de la participación del sujeto en el grupo:
En el primer momento los y las participantes cuentan sus problemas y hacen ejemplos concretos de situaciones donde el problema ha sido vivido; En el segundo momento, el conductor interviene y propone a un participante jugar el episodio de vida que ha contado, donde su síntoma se ha manifestado. El conductor escoge el evento que mejor representa la dificultades que hacen de común denominador al discurso que circula en el grupo.
En la diferencia entre la manera con la que se ha contado el episodio y la modalidad con que se ha actuado en la reconstrucción escénica, brota la posibilidad de entender de que manera, la cosa sobre la cual hay queja, está determinada de forma activa y decidida por parte del mismo sujeto que se queja. El sujeto parece caer siempre en las mismas dificultades porque sin saberlo él mismo recrea las condiciones para que se repitan.
Cada sesión de psicodrama tiene una duración de 1 hora y media. En cada sesión es posible realizar de dos a tres dramatizaciones.
La introducción de un momento de juego permite salir del puro discurso grupal donde es posible la negación de la opinión de otros, puesto que la discusión, en el caso del psicodrama analítico, se desarrollará sobre hechos diferenciales precisos, de los cuales todo el grupo, incluso el protagonista en su vivencia, ha sido testigo.
No obstante, no se trata de un trabajar sobre las relaciones reales entre los y las participantes, para que alcancen relaciones más adecuadas entre ellos. No se trata de psicoanálisis de grupo, sino de psicoanálisis en grupo. Es decir se pone atención en como el discurso de grupo recae sobre cada participante, en su singularidad, activando su propia modalidad de síntoma, para que tome consciencia de su implicación en ella.
A través de la palabra, que, al interior del dispositivo del psicodrama analítico, implica la experiencia de poner en escena el cuerpo a diferentes niveles, se alcanza también la finalidad del bien decir, de un decir lógico que da cuenta de la posición del sujeto respecto al asunto sobre el que se queja.