Problemas Psíquicos que se atienden

Autismo y psicosis infantil

El autismo es considerado por el DSM IV como uno de los “trastornos generalizados del desarrollo” que se caracterizan por una perturbación grave y generalizada de varias áreas del desarrollo: habilidades para la interacción social, habilidades para la comunicación o la presencia de comportamientos, intereses y actividades estereotipadas.

 

Las características esenciales propiamente del “trastorno autista” son la presencia de un desarrollo “marcadamente anormal o deficiente” de la interacción y comunicación sociales y un repertorio sumamente restringido de actividades e intereses. Las deficiencias de la interacción social son importantes y duraderas. Puede presentarse una importante alteración del uso de múltiples comportamientos no verbales, como son contacto ocular, expresión facial, posturas corporales y gestos reguladores de la interacción social. Puede existir una incapacidad para desarrollar relaciones con otros niños y niñas de la misma edad.

 

En el ámbito social, los niños y niñas autistas presentan extrema dificultad para relacionarse con los demás; pueden actuar de manera extraña e inapropiada; prefieren estar solos, se relacionan mejor con las cosas que con las personas y casi nunca expresan sus emociones.

 

En cuanto a la comunicación los niños y niñas autistas parecen sumergirse en su propio mundo, donde se creería no es importante comunicarse con los demás. Esta conducta no es voluntaria, se debe a una incapacidad para establecer comunicación con los demás, así como a diversas dificultades en el lenguaje.

 

Asimismo presentan conductas extrañas como son: no temen a los peligros reales, pero pueden tener miedo sin causa aparente; ejecutan movimientos repetitivos como aplaudir, mecerse, aletear, etcétera; rechazan cambios en su rutina; pueden quedarse con la mirada perdida o fijarla en algún objeto por mucho tiempo y evitan el contacto. Se absorben en movimientos repetitivos tales como mecerse y enrollarse el pelo, o en un comportamiento auto agresivo tal como golpearse la cabeza o morderse.

 

De acuerdo con Maki Ortiz, subsecretaria de innovación y calidad de la Secretaría de Salud el autismo afecta a 4 de cada mil niños y niñas, tiene el tercer lugar en los trastornos de desarrollo. Además afirma que desde 1980 su presencia se ha venido incrementando, pero lamentablemente hace falta mucho por hacer en el sector salud. Al traducirlo en número de niñas y niños afectados, se podría calcular que en el D.F. hay alrededor de 10 mil niños y niñas padecen autismo.